LIBERA TU MENTE

A lo largo de nuestra vida las mujeres hemos aprendido a odiarnos, a envidiarnos y a estar en una competición constante por ser la más lista, la más alta, la más delgada, la más guapa, tener el mejor trabajo, ser la más estilosa y un larguísimo etcétera, lo hemos aprendido sin darnos cuenta, poco a poco, en las películas, libros, series, en las conversaciones que escuchamos a nuestro alrededor, como una pequeña gota que cae sobre una piedra, despacito y de forma continua consigue erosionarla. Pero concretemos un poco más y vayamos a las películas de nuestra infancia, ¿Quiénes eran las malas? ¿Quiénes eran las que les hacían la vida imposible a las protagonistas? ¿y cuál solía ser el motivo? La respuesta en su mayoría es mujeres, Y el motivo, la envidia (y una competencia insana por ser la mejor): - Blancanieves es envenenada por Grimhilde. - Aurora cae en un sueño profundo causado por maléfica. - La bella es criticada y señalada por las mujeres del pueblo. - Ariel pierde su voz a manos de Úrsula Todas estos mensajes y experiencias van conformando nuestras creencias, pensamientos y nuestra realidad ¿Cuántas veces sin quererlo nos hemos pillado odiando todo lo que tenga que ver con la feminidad? Por eso es tan necesario Kendra, un espacio seguro donde no hay competencia y sí, apoyo, donde deconstruir todos esos mensajes tan dañinos que hemos ido interiorizando. Así es como he vivido yo mi participación en esta comunidad, el Sábado en la playa de Xago (Asturias) Mientras intentamos coger olas, lo único que veía a mi alrededor era mujeres apoyando a mujeres, mujeres animando a mujeres, como si la ola la estuvieran cogiendo ellas y celebrando el logro de ponerse de pie sobre la tabla como si lo hubieran hecho ellas, como si todas a la vez sostuviéramos la tabla de aquella que conseguía ponerse en pie. Hemos interiorizado tanto la frase “el peor enemigo de una mujer es otra mujer” que hemos hecho nuestras las creencias de que necesitamos competir y ser más que las demás para poder ser válidas, dejando en el olvido el apoyo mutuo, el sábado solo ví a un montón de mujeres maravillosas apoyarse entre ellas, y como me gusta. Y por cierto el peor enemigo de una mujer no es otra mujer, si no las creencias negativas asociadas a la feminidad.

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